ENFRENTAR PEQUEÑAS Y GRANDES DERROTAS
Sabemos que la forma de enfrentar nuestros pequeños fracasos o derrotas depende no solo de lo que se trate sino del momento en que nos encontremos nosotros también. Sin embargo hay momentos en los que esto nos cuesta especialmente asaltándonos miedos como ¿podré hacerlo?¿valgo de verdad para esto?
Qué nos puede ayudar a superar o a vivir de una forma más útil una derrota?
3. No generalizar
Una derrota determinada no convierte al resto de cosas que haga en derrotas. Evitar los términos “siempre”, “nunca”, “todo”, “nada”.
4. Moderar el lenguaje interno
Machacarse a uno mismo no soluciona el problema ni nos hace sentirnos mejor sino que además de faltarnos a nosotros mismos al respeto damos mayor importancia a lo sucedido de la que objetivamente tiene. ¿Yo le hablaría así a un amigo?
5. Evitar personalizar o poner etiquetas
“He cometido un error, no soy un inútil”, “he perdido, no soy un total fracasado”, “me he equivocado, no es que no valga para nada”. Evitar atribuir nuestros fallos a aspectos personales nuestros. Se critica o se analiza un hecho y no a la persona ni a su naturaleza.
6. Diferenciar entre un hecho objetivo y una emoción
¿Lo que ha sucedido es objetivo o es una sensación mía?
7. Evitar adivinar el pensamiento de los demás
A veces tendemos a querer adivinar lo que los otros piensan de nosotros o de nuestro trabajo, poniendo en sus bocas o mentes cosas negativas de lo que hacemos u ofrecemos sin saber siquiera si es cierto o no o basándonos en nuestras propias percepciones.
8. No adivinar el futuro
Tendemos a pensar en lo que seguro que pasará en el futuro tras la derrota ya que nos dejamos llevar por las emociones del momento.